Paredes y poesía.
Hoy el presidente de los EE.UU. sancionó la ley que permite la construcción de una valla de
La función primordial y casi única de las paredes es aislarnos, de las inclemencias del medio ambiente, las impertinencias del vecino, las miradas del fisgón. Sin embargo estas construcciones tiene un gran defecto: entre más grandes, menos sirven, si no que lo diga el muro de Berlín o la más grande de la historia, la muralla china.
Pero las paredes tienen funciones artísticas, su colaboración en las artes plásticas es innegable, ya como soporte de pintura mural, ya como piezas arquitectónicas. Aunque el fenómeno está menos estudiado, también tienen papeles importantes en la poesía; se puede dejar, por obvia, la influencia que los pequeños recintos defendidos por paredes tienen sobre la poesía erótica. Más interesante es la que esos grandes e inútiles muros tienen sobre la épica.
Las murallas de Troya, burladas por el ingenio de Ulises, comparten con Aquiles el papel protagónico de
Hoy Bush, émulo de los peores emperadores, aprobó su propio elefante blanco en la frontera sur. A pesar del apoyo de satélites, cámaras, radares, luces, aviones no tripulados, la valla tiene todas las probabilidades de continuar con la inutilidad de sus antecesores. Probablemente aumentará, además, la violencia en ambos lados de la frontera.
Si en la práctica la gigantesca valla tiene pocas posibilidades, en la poética puede ser otra cosa. Si la sociedad gringa sigue por el camino que viene, y nada indica un posible cambio de dirección, es muy probable que la única obra de la cultura norteamericana del siglo XXI que pase a la posteridad sea un narcocorrido de cualidades homéricas y que alguna Carmela